Masonería argentina e internacional. Estudios y propuestas masónicas.

jueves, 17 de septiembre de 2009

LA ACADEMIA DE ESTUDIOS MASONICOS de la Argentina

Comienzan aquí una serie de artículos relativos a la génesis, desarrollo e "impasse" de la Academia de Estudios Masónicos dependiente de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

Esta institución señera en América Latina en el último decenio, ha sido obra de HH.·. pioneros como Eduardo Vasta, Jorge Paju, Oscar M. Pereyra, y otros que se sumaron a la puesta en marcha allá por los principios de la década del 90 a la idea de Paju, a la que fuimos tempranamente convocados.

Fue así que el debate de ideas y la concepción de la Academia como tal se fue gestando en los HH.·., y precisamente este artículo trata de esos orígenes, fines, métodos y declaraciones que han sido menester para enfrentar el desafío de definiciones no dogmáticas y enriquecimiento de la doctrina de la ORDEN. Por eso, nada mejor que las propias palabras de su Presidente Jorge Paju, para definirla.

LA ACADEMIA DE ESTUDIOS MASONICOS - Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones

Por Jorge Paju

(extraído de la página web de la ACADEMIA DE ESTUDIOS MASONICOS - GRAN LOGIA DE LA ARGENTINA DE LIBRES Y ACEPTADOS MASONES)
El Muy Resp. Gran Maestre, por Decreto N° 4968, establece y reconoce al grupo de Hermanos, que a partir de la Resolución N° 22 del 12 de abril de 1998, se encuentra trabajando en la organización de la Academia de Estudios Masónicos.
La Academia de Estudios Masónicos se declara inspirada en los lineamientos de la Academia de Platón y en los de su heredera, la Academia Florentina.
Sus objetivos son:

• La pureza del Rito.
• La actividad pedagógica en forma de lecciones y diálogo.
• El antidogmatismo y el escepticismo critico en la teoría del conocimiento.
• El simbolismo pitagórico.
• El valor de la probabilidad y el relativismo.
• El sostenido empeño en el estudio de la filosofia y sus tendencias, que sirvan al humanismo.
• El empleo del buen decir y de la elocuencia.

La referencia a la Academia de Platón alude a la clásica escuela filosófica ateniense, que en principio es una comunidad destinada al culto y al rito para luego, en torno a él, desarrollar una intensa actividad filosófica y científica, esta ultima especialmente en las esferas de la matemática, la música, la astronomía y sobre todo la dialéctica, entendida como el arte del dialogo, es decir, la contraposición de dos logos a dos razones.

De esta Escuela recogemos el escepticismo en la teoría del conocimiento y la armonización de las ideas como allí se dio con platónicos peripatéticos y estoicos.

La referencia a la Academia Florentina se hace debido a la riqueza de opiniones y doctrinas que se dan alrededor del 1500 e induce a Cosme de Médicis a funda esta Academia, como sucesora de la Platónica. En ella se plantean dilemas como la doctrina de la eternidad de la materia que cuestiona la tesis de la creación a partir de la nada.

La doctrina de la eternidad y la permanencia del mundo rechazada por los dogmáticos por resultar incompatible con la fe y sostenida por los racionalistas.

La doctrina del entendimiento como agente único para conciliar opiniones.

Nos inspiramos en Pico de la Mirándola - integrante de la Academia Florentina - que se propuso demostrar la interrelación de las filosofías platónica y aristotélica, así como el nexo de los fundamentos de la filosofia griega y la teología de Aquino y Agustín. Concibió al hombre como la suprema realidad de la naturaleza, como un microcosmo que reproduce los elementos y la armonía - material, orgánica y celeste del universo afirmando (principio panteísta) que en virtud de este privilegio, el hombre debe esforzarse con dignidad y nobleza por responder a la alta misión para la que fue creado, y en Savonarola, otro integrante de esta Academia, que hace de la filosofia un pensamiento ecléctico: Su reforma de la fe y de las costumbres esta destinada a educar al individuo y a la sociedad, para la que concebía una vida perfecta y cercana al Creador.

La Academia de Estudios Masónicos aspira a ser el órgano doctrinario de la Orden, dado que entendemos que no es suficiente que las ideas sean relevantes.

Necesitan de la Cátedra y los medios para no quedar ocultas y olvidadas, ni diluirse en un tradicionalismo folclórico que descanse en el recuerdo de nuestros predeceso-res.

Debe asumir el compromiso de crecer a su sombra.
La tradición no se olvida, es nuestra referencia inicial y esencial, transformando los enunciados abstractos que no son susceptibles de medida, en realidades operativas que si lo son.

No hay plan por excelente que sea, que pueda alcanzar los objetivos si es deficientemente implementado, sea por ignorancia, incapacidad u oposición sistemática, Tampoco alcanza sus objetivos si no encuentra consenso.

Conocemos el celo masónico de HH.·. que individualmente o en sectores aislados, trabajan en pos de objetivos comunes.

Nuestro mayor mérito, si lo hay, consistirá en el poder convocatoria de todos ellos, para plasmar los objetivos propuestos.

En otros párrafos concomitantes, Paju ha sostenido que:

Es un hecho evidente, el fracaso sistemático de diferentes organismos que intentaron –muchas veces con gran esfuerzo- constituir cuerpos estables, destinados a tales fines.

El fracaso de estos esfuerzos ha contribuido a profundizar la grave crisis que afecta a la Institución en ese campo.

A nadie escapa la escasa importancia que casi sistemáticamente se da en las Logias a la instrucción y a la transmisión del método simbólico.

Cualquier maestro masón que haya participado en la instrucción de aprendices y compañeros, conoce sobradamente las expectativas con las que estos nuevos eslabones llegan a la Orden. Estas expectativas son la necesidad de información, orientación, guía, material de estudio e investigación, manuales, bibliografía, etc.

Sólo una mínima parte de estas legítimas demandas son satisfechas; y si bien aceptamos que las Logias deben gozar de plena autonomía en la instrucción de sus miembros, también es cierto reconocer que corresponde a la Orden, elaborar las estrategias mas eficaces para asegurar que tal instrucción se lleve a cabo y eventualmente, cubrir las posibles fallas que pudieran originarse.

Así, bajo la Presidencia de Jorge Paju y los HH.•. Oscar María Pereyra, Secundino Carlos Seijo y Carlos Osvaldo Berini llevaron a cabo durante años un proyecto que se puede apreciar todavía en la página central de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

A los esfuerzos de propiciar cultura masónica, adaptar y revisar los libros de instrucción inmediata para los tres grados del simbolismo, se aditaron varias obras necesarias e imprescindibles para la vida masónica.
Esa rica tradición puesta en papel, es patrimonio actual de la Masonería Argentina.

Pero hubo más: en efecto, a pedido del entonces Gran Maestre Héctor Nunes, el H.: Carlos Berini redactó el único proyecto de consolidación de la ACADEMIA, dándole el estatuto y reglamento que se merecen.

Este tema será analizado proximamente.

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