Masonería argentina e internacional. Estudios y propuestas masónicas.

miércoles, 24 de octubre de 2012


KALINIHTA SAS

Hola, buenas noches.
 
Estoy nuevamente con Uds, después de un receso personal de un año: ruego imputar este descanso sabático a la necesidad de reflexión.
 
Primariamente, es una vacación luego de cinco años de labor ininterrumpida en esta página, escribiendo con la esperanza de lograr focalizar algunos de los temas que considero relevantes en este siglo XXI, desde mi cosmovisión templada en la masonería.
 
Secundariamente y no es menor, he constatado que "TEMPLARIO" sigue inalteradamente y con prescindencia de mi propia voluntad, ubicándose en el centro de mi pensamiento y de mi corazón.
 
Fundamentalmente porque la masonería atraviesa y sesga definitivamente a partir de la iniciación. Sus miembros crecemos en la luz, a partir del pequeño candil que nos es entregado en el primer acto iniciático; es un nuevo ordenamiento de nuestra existencia, la impresión de un sistema en nuestro corazón que nos lleva al desarrollo de nuestras potencialidades y la de nuestros semejantes.
 

Para crecer es imprescindible la gregariedad: esta la esencia de nuestra presencia en la vida terrena y el humus de nuestra masonería. Somos en función de …, en vistas a …, siempre porque el otro existe. Y si el otro existe, nada de lo que a él le acontece me es indiferente; más aún, forma parte y es mi vida.
 
Nuestra estrella de navegante es el ser humano, nuestra vía láctea es la humanidad.
 
Esta es la base simple y tal vez inalterable de la moral: esas reglas y normas por las que regimos nuestras conductas en consonancia con la sociedad y con nosotros mismos. Y esta es la esfera de nuestra libertad, y de todas nuestras manifestaciones: la vida en comunidad y los límites de cada uno frente al otro, ejemplificados en  “alterum non laedere” (no perjudicar al otro).
 
En este universo de la libertad, la belleza, la armonía y la justicia fundamentan la moral.
 
Porque aquello que es justo y bello, es bueno.
 
Siendo bueno, es lógico y deseable que sea justo.
 
La bondad nutre la masonería y la distingue de cualquier encasillamiento ideológico, político y/o religioso.
 
La comprensión de lo humano, la percepción de lo trascendente bajo la forma de la belleza y de la  justicia, forman el ideal masónico de todos los tiempos, y es lo que explica la pervivencia de la Orden en el tiempo.
 
Orden que así descrita implica una consagración del ser humano a una instancia superior a su propia condición: al respeto irrestricto a la vida misma, a la variedad multiforme de ésta y a la defensa de todos los derechos y obligaciones que hacen al ser humano.
 
Tímidamente en el año 2007 se sentaron en este blogspot algunas pautas que marcarían el rumbo futuro del mismo:

  • las políticas de estado masónicas (la cuestión de género, el hambre, el agua, la continuidad del sistema imperial y neoliberal capitalista)
  • las cuestiones centrales relativas a la intolerancia,
  • la relación con las creencias, dogmas y religiones,
  • la historia de la masonería en la Republica Argentina,
  • la denuncia de los golpes militares intentados contra las Repúblicas hermanas latinoamericanas (Ecuador, Guatemala) con la complicidad imperial mediata,
Fueron entre tantos, algunos de los way-points que permiten la navegación del mismo.
 
Pero, aún consciente de la silenciosa labor realizada, siento internamente que a pesar del esfuerzo todavía la obra es mayor, y por tanto lo cumplido lo observo como insuficiente.
 
Es necesaria mayor claridad, mejor dicción, un discurso más directo y conductista.
 
Creo sinceramente que estas vacaciones me han permitido realizar una evaluación de lo realizado y obtener una óptica aproximada del trabajo a cumplir. Se impone así en forma inmediata, la quinta política de estado masónica, que sin lugar a dudas es ocupada por el tema central de los derechos humanos en el continente y la situación argentina tan particular y de avanzada en la búsqueda de “Memoria, Verdad y Justicia”, como ha sido definida tan particularmente por la propia Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y que hoy también es seguida por las repúblicas hermanas de Uruguay y de Brasil.
 
Es por eso que debemos hablar de los derechos humanos, a pesar que pareciera tan obvio que los derechos como tales, esencialmente son obra, creación y finalidad de los seres humanos.
 
En armonía con los derechos humanos, crece agigantadamente en la vida social, la necesidad imprescindible del desarrollo, estudio y aplicación del laicismo, como doctrina política, económica, cultural y de respeto a los demás credos y religiones.
 
Estos son los nuevos desafíos, unidos a la necesidad de dialogar con todos los lectores a fin de desarrollar los valores democráticos que nos animan
 
Así sea.
 
octubre 23 de 2012

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