Masonería argentina e internacional. Estudios y propuestas masónicas.

jueves, 1 de mayo de 2008


APROXIMACION AL PENSAMIENTO BUDISTA:
LOS PERROS DE PAJA.

En una tarde de estos sábados y domingos de pastizales entrerrianos quemados, recurro nuevamente a Lao -tsé en búsqueda de alguna dirección para el pensamiento.
Pero me desanima leer que:
«El cielo y la tierra no son humanistas: tratan a los innumerables seres como a perros de paja. El sabio no es humanista: trata a la multitud como a un perro de paja».
¿Me he salteado algo?
¿He dejado de lado la acción del hombre, rompiendo la naturaleza?
Es probable; la comprensión y/o ideación del Otro -una característica permanente de la filosofía occidental- me lleva a un mar sin orillas, sin posibilidad de descanso en mi navegación.
Una y otra vez me encuentro varado en una barca llena de engreimiento antropocéntico, buscando una racionalidad huidiza.
Tal vez sea tiempo de dejar de ubicar al hombre en el centro de todo, de poner unos instantes al "cogito ergo sum" de René Descartes en la heladera, y meditar qué sucedería si no existiese una moral universal categórica, imperativa.
Necesito respuestas, porque deseo la búsqueda de un compromiso de paz, con los otros y conmigo mismo: un permanente deseo masónico.
Me convenzo nuevamente que desde un pensamiento oriental, el sabio no es humanista porque no cree en nada. Sabe y calla mientras mira dar vueltas a los perros de paja.

Es tiempo pues, de volver a releer un trabajo muy hermoso realizado por un experto en budismo, un hombre talentoso, el Dr. Roque PENNA.
En el trabajo que transcribo fielmente y que pongo a consideración de Uds, el Dr. PENNA, pone en crisis los valores burgueses del Iluminismo y nos somete a la dura fragua de la reflexión.
Es lógico: su pensamiento abreva en su conocimiento profundo del budismo.
Seguidamente el trabajo, redactado en el año 2004.

Perros de paja: el proyecto genoma humano.

Queridos hermanos, no todas las preguntas tienen respuesta ni todos los problemas tienen solución; pero la complejidad del mundo que nos toca nos enfrenta a dilemas imposibles de evitar, aún sabiendo que son irresolubles.
El conocimiento científico aumenta en forma geométrica, pero la moral y la espiritualidad no avanzan desde hace dos mil años; debido a este desfasaje nos enfrentamos a dilemas actuales con recursos antiguos.
El paradigma del problema en bioética es el "proyecto genoma humano" por el cual se intenta conocer y manipular el código genético de la humanidad, que por ser nuestro propio genoma, estamos tan involucrados que es muy difícil saber que se debe hacer.
Como dice el refrán: ”Para novedad los clásicos”; dice el Tao Te Ching:
el hombre sigue a la Tierra
la Tierra sigue al Cielo
el Cielo sigue al Tao
y el Tao se sigue a sí mismo”
Es decir, el hombre debe seguir los dictados de la Naturaleza, porque ésta sigue los dictados del Universo y éste sigue los dictados de la Gran Fuerza Ordenadora o Tao o G.:A.:D.:U.:
El hombre debe seguir el orden natural para evitar la extinción y el sufrimiento, y cuando no sepa que camino tomar, simplemente debe guiarse por la ley de la Naturaleza.
En nuestra Orden seguimos un camino similar, el aprendiz sigue al Seg:. Vig:., poseedor de la plomada. La plomada viene de la Naturaleza, es simplemente la ley de gravedad objetivada por un peso.
Por eso el primer paso de un masón, como aprendiz, es seguir la plomada, seguir el orden natural
El segundo paso del masón se dirige al nivel, que no es más que la utilización de la plomada para evaluar la igualdad y la equidad. Es la utilización de la Naturaleza con objetivos humanos.
Finalmente el masón llega a la escuadra, al asociar la plomada con el nivel, formando un ángulo recto y por lo tanto, teniendo un esquema de vida, el orden correcto, la ética rigurosa.
Llegamos a la escuadra, es decir, a la rectitud, al asociar plomada y nivel, pero partiendo de la plomada; metafóricamente la rectitud en el vivir surge del seguimiento de las leyes de la Naturaleza .
¿Siempre?
No, no siempre.
La Naturaleza no siempre es benévola; de hecho, nunca es benévola.
De nuevo, el Tao Te Ching dice:
“ para la Naturaleza, los hombres son como perros de paja”
Antiguamente se utilizaban en China perros hechos de paja para las fiestas y cuando éstas pasaban, los perros de paja eran arrojados a la calle donde eran pisoteados y terminaban destruidos.
Esto quiere decir que la Naturaleza sigue sus propios fines y beneficio, no especialmente el beneficio de la humanidad y mucho menos el del individuo.
Por lo tanto que “el hombre sigue a la Tierra” debe ser una orientación, pero no puede ser siempre una norma.
Por eso tomamos medicamentos, hacemos ejercicio, seguimos reglas higiénicas y dietéticas.
El simple hecho de construir casas o lavarse los dientes podría ser visto como un alejamiento de la Naturaleza.
El justo medio aristotélico debería ser nuestra conducta, teniendo en cuenta que “el hombre debe seguir a la Tierra” pero que “para la Tierra, los hombres son como perros de paja”.

El proyecto genoma humano

En el año 1953 Watson y Crick descubrieron la estructura del ADN, el código genético que guarda la información de la estructura de un ser vivo; y si bien se sabe actualmente que conocer el ADN es insuficiente, también es cierto que se lo conoce íntegramente antes de haberse cumplido cincuenta años de su descripción original.
Ya es posible hacer modificaciones en los componentes del ADN y antes o después se lo podrá modificar a gusto y clonar seres vivos, eventualmente seres humanos, con facilidad.
¿Cuál debe ser la postura del masón frente a ésta realidad?
¿Qué significa seguir la plomada frente a la manipulación genética?
¿Debe el hombre hacer todo lo que pueda hacer o, igual que en la vida cotidiana, debe cuidarse de hacer muchas de las cosas que podría hacer?
Queridos hermanos, no tengo la menor idea.
Hasta hace pocos años tenía la respuesta fácil, intuitivamente correcta, simple, diría reduccionista.
Simplemente así como uno no hace todo lo que puede, el ser humano también debe cuidarse de hacer algunas cosas, sobre todo manipular la Naturaleza.
Relatos metafóricos como Godzilla, Frankestein, Dr.Jekyll y Mr. Hide, etc., son elocuentes con respecto a los riesgos de semejante manipulación.
Las deformaciones por la talidomida, las armas nucleares, la degradación del medio ambiente también son realidades, ya no metafóricas, que hablan en contra de interferir la Naturaleza.
Ahora bien, la vida en la tierra tiene 3.500 millones de años, desde entonces la evolución fue actuando por ensayo y error para definir los organismos más adaptados.
Lo hizo produciendo mutaciones al azar al intercambiar los ADN de los individuos en sus relaciones sexuales; de hecho, aunque durante el acto nos importe poco, la sexualidad tiene como único fin producir diversidad genética para poder elegir dentro de esa variedad los individuos más aptos que a su vez podrán procrear.
Como vemos es un mecanismo lento, inseguro y con un gran costo de energía para la Naturaleza, que, para lograr una especie exitosa tuvo muchos ensayos que fracasaron.
¿Podría ser diferente?
Podría.
Supongamos que hubiera un plan, algo parecido al descrito por Teilhard de Chardin, donde la evolución, en vez de ser “empujada” desde atrás es “atraída” desde adelante, desde el punto Omega; y éste plan buscara niveles cada vez más altos de conciencia.
Podría ser que como parte del plan, el ser humano estuviera diseñado por la Naturaleza para colaborar con la evolución, acelerándola al manipular su propia genética.
En última instancia el ser humano es producto de la Naturaleza y todo lo que hace es, finalmente,“natural”.
¿Cómo saberlo?
No lo sabemos, ni vamos a saberlo a mediano plazo; y a largo plazo, vamos a estar todos muertos.
La decisión debe ser tomada ahora.
Probablemente debamos volver a Kant cuando dice: “ lo único malo es la mala intención”, dando a entender que no importa tanto la conducta externa, sino la intencionalidad subyacente a esa conducta. Bañando un bebé, manejando un auto, peleando una guerra o manipulando el ADN, lo único que nos valida, que nos redime es la buena intención. Me animo a decir que, en algún sentido, la buena intención es nuestra plomada interior.
Mentir no es malo si nuestra intención es benévola, matar no es malo si nuestra intención es proteger a nuestra familia de un peligro real, robar no es malo si es el único camino para alimentar a nuestros hijos.
La intención del acto redime la acción.
Por lo tanto, cabe la posibilidad que aún en un tema moral y materialmente peligroso como la manipulación genética, la ética de Kant sea un camino medio entre “seguir a la Tierra” y ser ”perros de paja”.
Probablemente la buena intención nos redima a pesar de alterar la naturaleza de nuestros propios genes.
Si la conducta ética, representada por la escuadra, se impone al mercantilismo y cosificación del ser humano es posible que la modificación del genoma humano consiga mayor salud, paz y felicidad para más gente.
Sin embargo, no estoy seguro.
Dr. Roque PENNA

No hay comentarios:

Free Counter and Web Stats

Free counter and web stats /em>>