Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado. ¡Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y, con pobre mesa y casa, en el campo deleitoso, con sólo Dios se compasa y a solas su vida pasa, ni envidiado, ni envidioso!
Tras salir de la cárcel, regresó a dictar su cátedra. Sus biógrafos cuentan que Fray Luís acostumbraba en sus años de docencia resumir las lecciones explicadas la clase anterior y que al volver a la Universidad, retomó sus lecciones con la frase “Decíamos ayer…” (Dicebamus hesterna die), como si sus 5 años de prisión no hubieran trascurrido….!
Una de las inmensas riquezas de la francmasonería universal, es la amplitud del pensamiento, y el rechazo de los dogmas. Parafraseando a fray LUIS DE LEON, ayer decíamos que las políticas de estado masónica -cuyos fundamentos habíamos enunciado a lo largo de esta publicación tempranamente a principios del siglo XXI-, iban a evolucionar y consolidarse rápidamente como los problemas de reflexión necesaria para los masones a lo largo del mundo.
Es sobre esas realidades que debemos pensar y operar en forma inmediata, en vistas a los próximos cien años, si en realidad queremos continuar en la avanzada del humanismo.
Veamos:
a) la cuestión de género que enunciamos como eje central de la primer política de relevancia masónica, hoy ha eclosionado no sólo en la República Argentina con el azote del femicidio y violencia sobre las mujeres en ámbitos domésticos y laborales, y familiar, sino que además se integrar con la realidad del abuso infantil y la pedofilia.
Estos problemas no son sólo policiales y judiciales, sino evidencian fracturas profundas en el tejido social, cultural y socio – económico, además de poseer profundas raíces en lecturas extremas de los libros religiosos, por obra de los dogmáticos y fanáticos de siempre.
Pero hay más: la trata de mujeres, la esclavitud sexual, la cosificación de la mujer en la venta de favores sexuales, el aborto, las “cirugías reparadoras”, la apropiación de hijos y el genocidio mutilador de identidades sufrido en la década de plomo en la Argentina, muestran que aún nos encontramos a las puertas del infierno.
b) el problema del agua es un tema acuciante y diario no sólo en toda Africa, y en el mundo excluído del avance civilizatorio, sino en las puertas de la ciudad de Buenos Aires, p.e. en el primer cordón industrial del Gran Buenos Aires.
Obsérvese cuán cercano es el precio de un litro de nafta común y el de un litro de agua envasada.
Más aún, con la depresión internacional del precio del petróleo, el valor de un litro de agua es superior.
Unos pueblos derrochan agua potable: 400 lts diarios consume un ciudadano estadounidense en tanto que en el centro del continente africano, el consumo es de 5 litros por familia, para beber, cocinar e higienizar las heridas.
c) El hambre fue planteado como política de estado para discutir en logias.
El hambre en su crudeza, aquel que se observa en los seres que revuelven la basura en búsqueda de un trozo de comida.
El hambre implica la pobreza que está en su reverso.
El hambre abre la discusión a la cultura del trabajo, a las tres generaciones de argentinos que no conocen el empleo y / o el trabajo no sólo como modo de vida, sino como cultura.
El hambre es la raíz de la drogadicción, del narcoterrorismo, de la apropiación de la vida del otro y posee raíces muy hondas de carácter religioso, político, social, cultural y además económico...
El hambre es el odio, la ceguera, la imposibilidad de ver al otro como un yo mismo.
d) Finalmente, la política de estado más singular fue la concepción de la caída del sistema no sólo neoliberal, sino de producción capitalista.
En estos años vemos como los países que han perseverado en las políticas de hambruna y ajuste, han provocado que los pocos ricos hayan concentrado sus riquezas, que la producción de bienes esté en manos de seres humanos esclavizados por las ganancias de las empresas que las producen pero que no las disfrutan.
Crean la riqueza, pero les es ajena absolutamente: económica, social y culturalmente.
Peor aún: el capitalismo depredatorio que nos atormenta desvasta el planeta: minería y contaminación de aguas, transgénicos, fracking y extracción petrolífera, pesca y depredación de especies ictícolas, agotamiento de los suelos, de los acuíferos entre tanto malonaje.
La Tierra ha devenido en su deterioro, la evidencia de la estupidez del occidente.
La riqueza material ha sido desmaterializada y la riqueza cultural es patrimonio del mercado: es el mercado el que fija los parámetros de creación artística, y esta revolución aún no ha sido considerado por nosotros como la ausencia de bondad y armonía emanente de un sistema económico exhausto.
Es imperativo pensar no sólo en otros sistemas alternativos de distribución de los bienes que se producen, sino además en una cultura que nos permita convivir con la explosión demográfica, la brecha informática, y la contracultura de los gestos y gruñidos que suplanta paulatinamente al lenguaje reduciéndolo a los msn, twitts, y demás modos de comunicación de lecto - escritura, desprivilegiando la palabra, el logos y el símbolo.
Y en este “cuadro de situación” (sic, Víctor Heredia cantautor argentino), hemos de plantearnos la quinta política de estado masónica: la de creación de un sistema de intercambio de bienes y de servicios que nos permita reconocernos fraternalmente en libertad, y en igualdad de oportunidades, fundamentalmente para conquistarnos a nosotros mismos, trabajar con nuestras herramientas nuestra piedra bruta y transformarla en la piedra angular del templo de la humanidad.
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