POEMARIO
Tantas veces la Belleza se encuentra a nuestro lado, y no la distinguimos.
Similar es la singularidad del simbolismo masónico.
Así fue como en una tarde de junio, releyendo poemas, encontré una hoja con el siguiente:
Del Amor Navegante
Porque no está el Amado en el Amante,
Ni el Amante reposa en el Amado,
Tiende Amor su velamen castigado
Y afronta el celo de la mar tonante.
Llora el Amor en su navío errante
Y a la tormenta libra su cuidado,
Porque son dos: Amante desterrado
Y Amado con perfil de navegante.
Si fuesen uno, Amor no existiría
Ni llanto ni bajel ni lejanía,
Sino la beatitud de la azucena.
¡Oh amor sin remo en la Unidad gozosa!
¡Oh círculo apretado de la rosa!
Con el número Dos nace la pena.
Marechal, Leopoldo. "El viaje de la primavera" (1945).
Me pareció atinado compartirlo.
Solamente por el placer de navegar en un río color madreperla.
Tantas veces la Belleza se encuentra a nuestro lado, y no la distinguimos.
Similar es la singularidad del simbolismo masónico.
Así fue como en una tarde de junio, releyendo poemas, encontré una hoja con el siguiente:
Del Amor Navegante
Porque no está el Amado en el Amante,
Ni el Amante reposa en el Amado,
Tiende Amor su velamen castigado
Y afronta el celo de la mar tonante.
Llora el Amor en su navío errante
Y a la tormenta libra su cuidado,
Porque son dos: Amante desterrado
Y Amado con perfil de navegante.
Si fuesen uno, Amor no existiría
Ni llanto ni bajel ni lejanía,
Sino la beatitud de la azucena.
¡Oh amor sin remo en la Unidad gozosa!
¡Oh círculo apretado de la rosa!
Con el número Dos nace la pena.
Marechal, Leopoldo. "El viaje de la primavera" (1945).
Me pareció atinado compartirlo.
Solamente por el placer de navegar en un río color madreperla.
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